En la homilía de la misa celebrada el último domingo por el p.Ambrosio nos contó que existe un nuevo beato en la iglesia universal y es el p. Carlo Gnocchi, esto en mérito al testimonio de su entrega al prójimo, tanto así que el Papa dijo: "Entregó todo de sí mismo hasta el fin, y al morir donó sus córneas a dos niños ciegos".
La vida de los sacerdotes y los misioneros en general es un constante dar de sí y este dar significa también tiempo, que según el refrán antiguo es oro. Y esto es lo más valioso que entregan, no solo es la ayuda material o económica, es su tiempo(oro). Tiempo entregado en las visitas a los enfermos, en el acompañamiento a los grupos y la comunidad, en la confesión, en el consejo dado ante un problema, en la conversación acompañada del cafecito, en la motivación para combatir la pobreza económica.
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