Testimonio de Karim Arévalo Minaya
Al acercarse el día de la Beatificación de Juan Pablo II, viene a mi mente el encuentro que tuve con el Santo padre un 23 de agosto de 1997, un regalo que me dio Dios durante mi labor pastoral que venia realizando con los jóvenes de la pastoral juvenil de Huacho. Nunca imaginé que Dios había pensado darme a mí Karim Arévalo, la oportunidad de ser escogida como representante del País para participar de la XII Jornada Munidal de la Juvenutd que se realizaría en Paris, mucho menos que seria parte de los 300 jóvenes que tendrian una preparación previa a este esperado momento, participando asi del Forum que duraría 5 días para luego participar del encuentro esperado con su Santidad.
Tendria la oportunidad de hablarle a su santidad; cuando llegamos a la Iglesia en donde él oficiaría la Misa para los 300 jovenes que estábamos en el Forum la sopresa fue grande, primero había mucha gente que lo esperaba y cuando nos vieron bajar del omnibus que nos llevaba nos saludaban con mucho cariño, aplaudian y gritaban, al estar ya adentro de la lgesia Saint Etienne du Mont fue una emocion grande inexpicable ver a su santidad tan viejito que se apoyaba de su bastón y con su seguridad al lado. No les puedo mentir que al vernos Juan Pablo II dio el bastón a la guardia y empezo a caminar solo sin ayuda, luego se nos acercó para saludarnos, algunas amigas lloraban yo no lo creia estaba junto al PAPA, al terminar la misa nos dijeron que estaba cansado que no pasariamos a saludarlo como nos lo habian dicho el dia anterior, (un dia antes nos prepararon nos dijeron al acercarse deben decir el País del que vienen, su nombre,una gracia para su país y una para nosotros, no podiamos abrazarlo ni demorarnos...)
Cuando veiamos que el tiempo´pasaba empezamos a gritar Juan Pablo II te queremos, luego salio, estaba cansado pero reía, ahi rapidamente nos hicieron hacer la cola para saludarlo, al llegar a él, sentí una paz, una ternura pero sobretodo me sentia muy cerca a Jesús, no podia creer que estaba con el sucesor de Pedro, con el enviado de Dios...le dije Perú, él me contestó oh Perú tierra hermosa que sufre mucho, luego mi nombre Karim, mi pedido fue trabajo para todos y salud para mi familia, luego con miedo le di un llaverito pequeño el cual lo recibio con cariño luego me regaló un rosario y su bendición con una sonrisa dulce y muy paternal. Al salir de la iglesia la gente al vernos lloraba, queria tocarnos, y cuando lograban tocarnos se hacian la señal de la Cruz, al llegar a la escuela donde estábamos alojados, todos estábamos consternados por esas actitudes de la gente, ahi se nos explicó que la gente confía en los jóvenes que sabían que su Santidad nos habia bendecidos y que éramos para ellos una bendición , un compromiso grande Encontrarme con él afianzó mi labor pastoral que venia realizando con los jóvenes, de mi parroquia, mi ciudad y país, reafirmó mi fe en Jesús el buen pastor, y me animo a seguir dando todo de mi a pesar de que los años pasen, sean otros los destinatarios a cual deba evangelizar, es decir aprendi a ser un Heraldo de Cristo, una carta abierta para todos, y sobretodo seguir al Maestro a donde él vaya.
Ahora ya no soy esa joven, ahora tengo un compromiso más fuerte: seguir evnagelizando desde mi hogar y en donde Dios me ponga. Es un don grande del amor misericordioso de Dios hacia mi, y hoy el ser testigo de esta beatificación de Juan Pablo II me anima a seguir buscando caminos de santidad. GRACIAS JUAN PABLO II ,por haberme permitido conocerte.
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